El Tratado de Guadalupe-Hidalgo (1848) no hizo ninguna referencia explícita a los derechos de la lengua española. En 1879 California promulgó una nueva constitución bajo la cual todos los procedimientos oficiales debían ser en inglés. El español se ha hablado alrededor del Nuevo México norteño, Colorado meridional y en la frontera con México desde el siglo XVI. Texas heredó una población hispana desde la guerra Mexicano-Americana, además de tener una afluencia constante de mexicanos y otros inmigrantes de habla hispana, pero no tiene lengua oficial. Existen áreas geográficas estadounidenses donde el español se ha hablado de forma interrumpida desde el siglo XVIII: los habitantes de Saint Bernard, en Louisiana, han conservado el español de sus antepasados Canarios.
Tras el inglés, es el segundo idioma más estudiado en EE.UU. según el Instituto Cervantes -tiene sedes en Nueva York, Chicago, Alburquerque y Seattle, y desde 2008 Washington, Boston, Houston, Los Ángeles y San Francisco- hay al menos, 6 millones de estudiantes, y el 60% de los estudiantes de EE.UU. lo eligen como lengua extranjera. Según los estudios del U.S. Census Bureau, en Estados Unidos cada vez se habla más español: si en el 2002 lo hablaban en sus casa el 11,1%, en el 2006 el 12,2%, siendo Texas, California y Nuevo México los primeros Estados, con un porcentaje próximo al 30%. El 56% de los hispanos, utiliza el español como primera lengua dominante sobre el inglés en sus casas, el 26% son bilingües y el 18% restante utilizan el español como segunda lengua o sólo utilizan el inglés. Fuera de sus casas, el 41,2% habla más español que inglés. Por último, un total de 50 millones de personas en Estados Unidos saben hablar español o tienen conocimientos del idioma.
En New York se han publicado, o se publican en la actualidad, revistas literarias como Caronte, Lugar sin límite, Románica, Lyra, Emen-Ya, La Nuez, Brújula, Tercer Milenio, De Azur, Transimagen, Realidad Aparte y La Ñ. En la ciudad se encuentran la Videoteca del Sur, varias galerías que se especializan en arte hispano, algunos centros donde se puede escuchar música contemporánea latinoamericana, todos los años se realiza una feria del libro en lengua española. Las editoriales norteamericanas como Penguin, Ballantine y Vintage publican colecciones en español, en las que aparecen autores hispanos, latinoamericanos y algunos españoles. La vitalidad de la lengua española y la cultura hispana es innegable.
Innegable, pero no fácil. La presión por parte de movimientos por la exclusividad del inglés -desde niveles cotidianos hasta el Congreso de los Estados Unidos- se deja notar. El aumento de seguidores del "spanglish" representa una amenaza real al idioma español en Estados Unidos. La controversia en torno a la lengua resulta muy representativa de las inquietudes actuales. En 1982 se creó un grupo de presión anglófona, Us English, opuesto al bilingüismo anglo español del sur y el oeste del país y partidario de la adopción del inglés como idioma único. Tras el primer referéndum sobre este tema, celebrado en 1986 en California, el 75 % de los electores se pronunciaron a favor de medidas restrictivas para el español. Después, otros 15 estados han seguido el ejemplo californiano. Esta movilización ha representado un golpe decisivo al bilingüismo en la enseñanza, pero no ha impedido la progresión del mismo en la vida cotidiana (anuncios, periódicos, emisoras de radio, programas y cadenas de televisión en español).
Rodolfo Valentino y Lila Lee en un escena de Sangre y Arena
La segunda generación de hispanos habla inglés fluido en un 98%, y solo el 29% es realmente bilingüe. El español se mantiene en casa (35%) y hablando con los amigos ( 43,8). Un 65% pierde facilidad pero mantiene su español, en buena parte por la expansión increíble de los medios de comunicación en nuestra lengua. No todos los hispanos hablan español, solo 34.500.000 de los 45.500.000. Pero es la única lengua presente en todos los estados; requerida y estudiada en todos los niveles de enseñanza.
Pero una lengua es además una cultura. Frente a la cultura dominante de los WASP la cultura hispana se cohesiona a partir de los años 60 -no es que antes no la hubiera- como una forma de fijar la identidad de una minoría creciente, de luchar por sus derechos civiles, por el pluralismo cultural, entre otras formas desde el Movimiento Chicano y la Cultura Nuyorican. La cultura chicana siempre ha tenido, como característica fundamental, una fuerte carga de la cultura mexicana; comparte con ésta normas y valores que tienen un carácter simbólico, de ahí que defienda su propio derecho de conservar sus raíces y de auto designarse orgullosamente como chicanos o puertorriqueños dentro de la sociedad anglosajona contemporánea. Los Estudios Chicanos tienen fuerza en Estados Unidos: a raíz de las investigaciones por ejemplo de Magdalena Mora, Virginia Sánchez Korrol, o de los estudios sobre literatura chicana de Lorna Dee Cervantes
Por razones demográficas y socioeconómicas, la cultura mexicana ha influido notoriamente en varios grupos de descendientes de mexicanos, cada vez más numerosos, que mantienen sus diferencias con la cultura mayoritaria. El año de 1977 es, desde el punto de vista histórico, muy significativo para los escritores hispanos, o latinos, de New York: se fundó el Centro para las Artes Ollantay. Su programa de literatura presentó exclusivamente a artistas hispanos del entorno neoyorquino. Desde entonces, Ollantay ha convocado todo tipo de encuentros, lecturas, presentaciones teatrales, exposiciones, y ha publicado algunos libros relacionados con dichos escritores. Aquel momento de los años setenta sólo significó una toma de conciencia sobre el hecho de que muchos de los autores que escribían en la ciudad tenían que replantearse sus relaciones con la tradición poética de cada uno de sus países de origen, a la vez que se les ofrecía la tradición de la poesía de lengua española escrita allí.
En vez de asimilarse al American Way of Life, el chicano adopta y adapta valores culturales, reforzando sus orígenes para poder sobrevivir y satisfacer necesidades mínimas. Sus raíces mexicanas siempre han estado presentes en la comunidad chicana pero afloraron con más fuerza desde los años sesenta, coincidiendo con el interés de los propios anglos por conocer su cultura. El escritor Carlos Fuentes, entrevistado por Cayuela en 1996, afirmaba "...Estoy convencido de que se está creando una nueva cultura en la frontera. Una cultura que no nos debe asustar, con su fusión de valores anglosajones y latinos, y que va a darle más vitalidad a las culturas nacionales, tanto de México como de Estados Unidos." La cultura chicana refleja la vitalidad de la fusión de intereses y tradiciones, el impacto que ha tenido en la identidad e idiosincrasia, en los comportamientos sociales, en el lenguaje, etc. Los valores de la cultura mexicana son solidaridad, cooperación, servicio, lealtad, amor, afecto, cordialidad y confianza, o dicho de otra manera, la familia, la religión, la patria y la libertad. El 89% de los mexicanos consideran que es importante mantener la unidad en la familia como base para su felicidad y equilibrio emocional. En 1989 se efectuó una encuesta "Los valores de los mexicanos" por Alduncín Abitia, cuyos resultados son significativos: el 70% de los mexicanos tratan de influir en su entorno y sólo el 30% trata de adaptarse al mismo. El 68% de los encuestados "no están dispuestos a conformarse con la manera en que las cosas se dan o se dieron, saben que el porvenir será mejor que el presente o el pasado, desean crecer y mejorar y hacerse más grandes y poderosos". En el campo artístico, las obras chicanas son el espejo de esa realidad social compleja, donde se combinan líneas artísticas tan disímiles como el arte indígena mesoamericano, el muralismo revolucionario, el realismo ruso, el Pop Art y la estética punk.
Otros fenómenos relevantes son la poesía y la literatura nuyoricans. Casi todos los autores que hacen parte de este grupo escriben principalmente en inglés, o una mezcla de español-inglés llamada spanglish, a veces ¿Qué es lo que significa realmente poesía nuyorican? En principio quiere decir poetas de origen puertorriqueño que escriben en spanglish o en inglés, y que a veces insertan el vocabulario español en sus poemas escritos en inglés, y en otros casos españolizan el inglés. Desde el punto de vista social, este movimiento poético hacía parte de un conjunto de manifestaciones artísticas y políticas comprometidas: los graffitti callejeros y en los metros fueron una de las aportaciones más significativas. Lo característico de esta cultura es su compromiso social y la manifestación de una identidad puertorriqueña dentro del idioma inglés y de la sociedad norteamericana y, por la otra, su oralidad: suele ser una poesía que está concebida para ser actuada y con la posibilidad de convertirse en performance. Los poetas del Nuyorican's Café han sido considerados como una tendencia más dentro de la poesía estadounidense.
El Nuyorican Poets' Café fue el motor que impulsó el spanglish entre los narradores hispanos y definió una nueva tendencia decisiva para la literatura de Estados Unidos, como para la nueva narrativa en español en Estados Unidos. El spanglish es más que una lengua hablada y escrita: es gastronomía, música y la moda. Grupos musicales que cantan en spanglish ; una fusión especial de sabores y productos diversos procedentes de América Latina y Estados Unidos, ofrece nuevos platos en restaurantes de Nueva York, Miami o Los Ángeles; y los diseñadores no cesan de lanzar colecciones cuyo origen y destino es esta cultura híbrida. La presencia del spanglish en tantos escenarios cotidianos y en los medios de comunicación es una buena manifestación de su apogeo. Si comenzó a hablarse en la frontera entre México y Estados Unidos y en los barrios de hispanos en las grandes ciudades como propio de gente pobre, y marginal, ha pervivido durante más de 150 años y ha cambiado de significado en los años setenta con la irrupción de fuertes movimientos políticos y culturales como el nacimiento de la conciencia chicana (entre inmigrantes de origen mexicano) y una gran promoción de poetas y dramaturgos nuyorriqueños en New York. Ambos núcleos de hispanos dieron una nueva posición al spanglish, y lo convirtieron en símbolo de identidad de sus propuestas ideológicas y estéticas. Hablar y escribir spanglish -como hablar o escribir español- es un signo de identidad y rebeldía ante el mundo anglo y su cultura algo menos dominante.
En el panorama literario de los Estados Unidos -ya no solo chicano o nuyorican- muchas mujeres hispanas se expresan con un notable nivel de aceptación de la crítica y los lectores, y alcanzan cotas importantes de creatividad y producción editorial. Escritoras en inglés son Mª Amparo Ruiz de Burton -primera hispana que publicó en esta lengua The Squatter and the Don (1885)-Beatriz Eugenia de la Garza; Demetria Martínez; Helena María Viramontes, profesora de Inglés y escritora; Bernice Zamora; Pat Mora; Cherrie Moraga; Sandra Cisneros; Alisa Valdés-Rodríguez; la boricua Judith Ortiz Cofer, y dos autoras del movimiento nuyorican, Sandra María Esteves y Nicholasa Mohr, escritora y pintora. Gloria Andalzúa y Rhina Espaillat son escritoras bilingües. Por último, entre aquellas que escriben en español se puede citar a Marisela Norte; Ana Castillo; Jesusa Alfau Galván; Denise Chávez; Cristina García; o María Irene Fornés, cubana llegada antes del exilio, autora y directora de Teatro de Vanguardia en New York.